«Es curioso cuando una historia escrita hace más de 120 años tiene mejores políticas de género que su reinvención moderna»
Dado que el episodio que vamos a comentar se emitió en 2012 esta entrada va con años, literalmente, de retraso. Sin embargo, nos parece que en Escándalo en Belgravia, primer episodio de la segunda temporada de la serie Sherlock, podemos encontrar una interesante reinterpretación de la dinámica entre los personajes originales de Doyle, que merece un breve análisis.
Para todos aquellos que no están familiarizados con el canon holmesiano, Escándalo en Belgravia es esencialmente la adaptación de uno de los relatos más aclamados de Conan Doyle: Escándalo en bohemia. El relato en cuestión fue el primero de los 56 relatos cortos que protagoniza el detective y también la primera historia de Holmes ilustrada por Sidney Paget, pero esto no viene al caso. Lo fundamental de la obra es la presentación de Irene Adler, una cantante de ópera que tras haber mantenido relaciones con el rey de Bohemia le chantajea con una foto comprometedora en un intento de evitar su matrimonio con una princesa escandinava. El rey de Bohemia pide a Holmes que recupere este documento incriminador y Holmes acepta.
Al día siguiente el detective se dedica a vigilar a la dama y es testigo de su boda con el abogado Godfrey Norton. Sin perder el tiempo, esa misma noche, Holmes se disfraza de sacerdote y finge haber sido atacado frente a la casa de Irene, consiguiendo que la dama le permita entrar en la vivienda. Una vez dentro, Watson, en complicidad con Holmes, crea una humareda y alerta a gritos de un fuego. Ante la amenaza de las llamas, Irene corre hacia la sala de estar donde, tras un panel, descubre un compartimento secreto. Habiendo descubierto el lugar donde oculta las fotografías, Holmes se marcha rápidamente. Una vez se ha reunido con Watson, ambos regresan a Baker Street caminando y Holmes planea recuperar los documentos a primera hora del día siguiente. Al llegar frente al 221B, mientras Holmes trata de abrir la puerta, se escucha una voz: «Buenas noches, señor Sherlock Holmes». Al haber varias personas paseando es imposible identificar de quién proviene el saludo, aunque parece que corresponde a «un joven delgado que vestía un ancho gabán»
Al día siguiente Holmes se presenta en casa de Irene dispuesto a robar la fotografía, solo para encontrarse con que la dama ha descubierto y frustrado sus planes. Tanto ella como su marido han abandonado Inglaterra definitivamente y la foto con ellos. En su lugar, hay otra foto, un retrato de Irene, y una carta en la que ella explica que sospechó de él cuando se produjo el supuesto fuego y por ello decidió seguirle. Además, Irene se revela como la autora del «Buenas noches» del día anterior y le asegura al detective que el rey no tiene nada que temer siempre y cuando la deje en paz. A partir de este momento Irene Adler se convierte en la mujer para Sherlock. El detective se referirá a ella en el futuro como la mujer, la única que le ha vencido, alguien a quién respeta, un igual a nivel intelectual, todo un logro en la época victoriana.
Y he aquí que se aproxima la adaptación y los amantes de este personaje se echan a temblar ¿El motivo? El guion corre a cargo del polémico Steven Moffat, guionista al que muchos hacen responsable de la desaparición de la consistencia en los personajes femeninos de la serie Doctor Who y autor de numerosas frases y citas controvertidas, como: «Women are needy. Men can go for longer, more happily without women (…) Meanwhile women are out there hunting for husbands.» Al guionista también se le conoce por sus declaraciones de hallarse asqueado ante el embarazo de su esposa y por su hilaridad ante la posibilidad de que Doctor Who pueda ser protagonizado por una mujer, entre otras cosas. Aquí un artículo que incluye algunas de las citas anteriores.
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Tuit del guionista en el que insinúa que las personas bisexuales no ven la televisión pues están ocupadas teniendo muchas relaciones sexuales |
En definitiva, la polémica estaba servida incluso antes del estreno del episodio y cuando, a una semana de este, se hizo saber que el personaje de Irene Adler sería homosexual en la serie la expectación aumentó aún más. Finalmente pudimos ver el episodio. En él, Irene Adler ya no es cantante de ópera sino una dominatrix de élite, especializada en sadomasoquismo, que posee imágenes comprometedoras de una de sus sesiones con una dama de la Familia Real Británica. Sherlock será contratado para recuperar estos documentos comprometedores y utilizará la triquiñuela del cura para entrar en la casa de Miss Adler, que le recibirá desnuda. Esto es solo el principio de una serie de cambios: la clave de la caja fuerte se corresponde con las medidas del cuerpo de la dominatrix; a pesar de ser declaradamente homosexual Irene parece sentirse inexplicablemente atraída por Sherlock y le acosará con sus flirteos; Sherlock tratará con condescendencia a Irene, que aquí ya no es su igual sino claramente su inferior; descubriremos que Irene no está actuando por iniciativa propia sino solo siguiendo instrucciones de Moriarty; Irene bloquea el trabajo de su vida, su única protección, y toda la información que ha conseguido de sus clientes poderosos con una contraseña basada en su flechazo por Sherlock; Irene pierde ante Sherlock, que la derrota intelectualmente en aras de un final espectacular; Irene tiene que suplicar piedad a Sherlock, tras lo que es rechazada con desdén; y, finalmente, Sherlock le salva la vida. Es decir, el personaje sufre una metamorfosis verdaderamente brutal que la deja irreconocible. El personaje pasa de ser uno que contribuye al empoderamiento de las mujeres a un personaje femenino humillado, manejado y superado por hombres. A continuación la escena cumbre del capítulo en la que se reflejan algunas de las situaciones descritas.
Las reacciones entre los fanáticos no se hicieron de esperar, esa misma noche Zoe Stavri, bloguera, escribió una entrada de título Irene Adler: cómo destrozar un brillante personaje femenino. En el que argumentaba «it’s pretty when a story written over 120 years ago has better gender politics than its modern reimagining». Pronto muchos otros se hicieron eco de este. A continuación un video de la youtuber y bloguera, Claudia Boleyn, comentando el episodio.
Finalmente, una reflexión ¿Es posible que ya tengamos bastantes ejemplos de femmes fatales a las que los héroes, hombres blancos heterosexuales, ponen en su sitio?